jueves, 8 de noviembre de 2012

Historia de Miguel Espejo de Ory


Vivíamos en una ciudad pequeña en una casita en el centro. Nuestra casa, a medida que aumentaba nuestra familia, se hacía cada vez más incómoda. Papá y mamá estaban buscando una oportunidad para poder mudarnos. Un día llegaron felices. ¡Hemos encontrado lo que esperábamos!.Un  casa, a l lado del lago, a las afuera de la ciudad.
Mis padres se quedaron extrañados del precio de la casa. Era demasiado barata para sus dimensiones.
 Una vez terminada la mudanza , mi hermano y yo decidimos jugar al escondite en  nuestra nueva casa, ya que había miles de recovecos donde esconderse. Mi hermano Tomás contaba mientras yo me escondía. Al fondo del pasillo . ví un inmenso espejo cubierto por una manta. Lo destapé, y mientras mi hermano Tomás continuaba contando me mirè en él.
A continuación, me metí en la habitación contigua y me escondí en un baúl.
Pasaron  unos meses, comenzamos  el colegio,y mis compañeros rumoreaban que esa casa estaba encantada, y que cada vez que había luna llena , ocurría algo extraño a sus habitantes.  No les hice caso.
Al  cabo de unos días, estando en la cama , sentí un cosquilleo en la pierna pero no le dí la mayor importancia. A la mañana siguiente, ví que mi pierna estaba roja y que me debía haber picado algún insecto. Corrí y se lo dije a mis padres. Durante el día no sucedió nada extraño.
Pero al acostarme, me quedé mirando al techo y ví un pequeño agujero. Justo al lado mía había una serpiente. Fui corriendo a mi madre y le hable de los rumores de los compañeros. Mi madre me dijo que lo olvidara.
Al día siguiente  sucedió  algo  imprevisto. N uestro perro  Doggy había atacado a mi hermano Tomás . Doggy se mostraba nervioso y corría de un lado  a otro sin parar.
Fue una noche de luna llena, cuando pasé por el viejo espejo del pasillo  y ví mi imagen anterior fijada en él. Cuando miré de nuevo, vi que  mi imagen se estaba  autolesionando, y que lo que le estaba pasando a  mi imagen me pasaba a mí también.
Me asusté mucho y decidí tapar el espejo para no verme nunca más. Contaba las cosas que ocurrían a mi madre pero ella no le daba importancia. En todos los espejos de la casa empezó  a ocurrir lo mismo, mi imagen se reflejaba con unos momentos de diferencia y hacía cosas que nunca pude imaginar.
Decidí  hablar con Tomás y decidió ir a los espejos. Los espejos también le hablaban a él y le hacían cosas extrañas. Y así ocurrió con todos los miembros de la familia. Los espejos echaban sangre y este hecho nos causaba bastante temor.
Averigüé quien vivía antes en esa casa y le pregunté por los acontecimientos que ocurrían allí.
Acontecimientos extraños y sin explicación, hicieron su vida imposible y decidieron abandonar el pueblo.
Después de mucho pensar, Tomás y yo decidimos arrojar el espejo al lago para acabar con la maldición. Un gran chorro de sangre salpicó nuestros rostros mientras las serpientes subían los espejos.
Los espejos de perdieron en la profundidad y la maldición de la casa encantada murió en el lago  . Subimos a casa, el sol salió brillante en la mañana. Al levantarme noté que la gran hendidura del techo de mi habitación había desaparecido y se había cerrado como este capítulo de nuestras vidas. De ese momento en adelante vivimos felices en la casa no encantada del lago.